Trabajar en un bar, restaurante u hotel como barman, camarero o cocinero puede ser una profesión emocionante a la par que peligrosa. Esto se debe a distintas acciones, herramientas o situaciones a las que los empleados de este sector deben manejar y hacer frente en el día a día. No obstante, este trabajo será una práctica fácil, llevadera y segura si conoces cuáles son los riesgos laborales en hostelería a los que te enfrentas, y si eres consciente de las prevenciones de algunos de los mismos. Pon atención camarer@.

 

Riesgos laborales en hostelería

 

Riesgos de caídas laborales

 

Uno de los riesgos más comunes que sufren los empleados del sector son las caídas. Dentro de estos accidentes tan comunes, nos encontramos dos tipos: caídas de personas a un mismo nivel y a distinto nivel (sobre todo cuando se realizan tareas de limpieza a una altura considerable). La causa del primer tipo se puede deber a suelos sucios, en mal estado, tropiezo con objetos, falta de iluminación y/o señalización o resbalones con sustancias derramadas (aceite, bebidas, hielo…) en general. En segundo lugar, lo más probable es que el objeto o escalera utilizada esté en mal estado o existan desniveles, huecos o aberturas en suelos.

 

Su prevención es sencilla: por parte de la empresa se pueden realizar mejoras como instalar suelos antideslizantes en el local. Por parte del empleado, estar alerta y prestar mucha atención al orden y limpieza de su zona de trabajo. Señalizar siempre cuando se ha intervenido en limpieza de líquidos o cualquier sustancia resbaladiza. En cuanto a caídas en altura, la mejor cura antes de la caída es asegurarse de las herramientas que se utilizan y el estado del lugar donde se trabaja. También ser consciente de no subir nunca hasta el último escalón de la escalera, puesto que pierde estabilidad y las probabilidades de caída son mayores.

 

Los cortes, golpes o proyecciones

 

Otros de los peligros en constante acecho en esta profesión son los cortes, golpes y proyecciones. Estos son causados por el uso de herramientas de trabajo punzantes, cortantes o abrasantes como: cuchillos, picadoras, batidoras, freidoras, cafeteras, etc. Este tipo de riesgos son poco predecibles ya que a veces el chocarnos con objetos inmóviles, por mero despiste, no se pueden evitar. Pero sí que, como siempre, prestando mucha atención se pueden reducir las probabilidades.

 

Además, y muy importante, siempre hay que seguir la correcta utilización y manipulación de cada herramienta. Te ayudará a no sufrir ningún accidente laboral como: mantener los cuchillos afilados y cortar sobre superficies idóneas, transportar los mismos enfundados, evitar arrojar vidrios a contenedores no especificados, no manipular maquinaria fuera de nuestros conocimientos o establecer la señalización e iluminación adecuada. Todas son medidas preventivas adecuadas.

 

Riesgos de contactos eléctricos, incendios y disconfort térmico

 

Tanto los contactos eléctricos e incendios son dos de las situaciones más peligrosas a tener en cuenta en el lugar de trabajo. Las causas son diversas como: la manipulación de equipos eléctricos con las extremidades mojadas, o sobre carga de enchufes y circuitos; mantenimiento incorrecto de los fogones, disposición de materiales inflamables cerca de los mismos o acumulación de grasas en los filtros de las campanas. Por otro lado, el disconfort térmico se debe a la exposición a ambientes de temperaturas extremas (tanto calientes como frías) como lo son en cocinas, lavanderías o cámaras frigoríficas; o el funcionamiento inadecuado del sistema de temperatura, de extracción de aire o aire acondicionado en sí.

 

En el primer caso, prevenciones a seguir si se localizan contactos peligrosos con circuitos eléctricos o fuego son: no apagar con agua un fuego con origen eléctrico, no limpiar instalaciones eléctricas con pulverizadores o paños húmedos y, sobre todo, revisar periódicamente las instalaciones, entre otras cosas. Mantener la cocina, fogones y calderas en perfecto estado, realizar limpiezas usuales de los filtros del equipo, revisar y mantener las instalaciones eléctricas bien aisladas…

 

IMPORTANTE, tener localizados tanto los medios de extinción y como las salidas de emergencia. Nunca hacerse el héroe, deja la extinción para el personal que esté cualificado para ello y mantén la calma siempre, tanto con el personal como con la clientela. El pánico es otro riesgo agravante en este tipo de accidentes. En lo que concierne al disconfort térmico puedes intentar limitar los tiempos de exposición con la alternancia de tareas, hidratarte, evitar alcohol o cafeína ya que favorecen la deshidratación, utilizar la indumentaria adecuada y solicitarla cuando no dispongas de ella. Tu salud está en juego, no tengas reparo en pedir lo necesario para estar cómodo y seguro en tu lugar de trabajo.

 

Los sobreesfuerzos, posturas forzadas o movimientos repetitivos en hostelería

 

Todos hemos intentado llevar más carga de la indicada, así ‘’termino antes, yo puedo’’. ERROR, nunca manipules cargas pesadas o voluminosas en exceso, puesto que te pueden pasar una mala jugada. Además, atento a las posturas inadecuadas que adoptas en tus horarios, así como la posición de brazos y piernas, y la tensión cervical que ejerces. Quizá no seas consciente de los riesgos laborales que estas acciones conllevan, porque sus consecuencias no son inmediatas como las de una caída. Pero sí que te provocarán a medio o largo plazo molestias, dolores o incluso la incapacidad de seguir llevando algunas tareas a cabo.

 

Para la prevención de estos peligros o lesiones, es recomendable realizar una adecuada manipulación de cargas. Esto supone: adoptar una posición ergonómica en cada caso (separar los pies adecuadamente, doblar rodillas –nunca la cintura-, aproximar la carga al cuerpo, levantar la carga gradualmente… Y en lo que posturas forzadas y movimientos repetitivos se refiere: respeta siempre los tiempos de descanso, conciencia de la alternancia de posiciones y tareas, adopta una postura recta y cómoda, o realiza ejercicio físico y de estiramiento de vez en cuando en tu tiempo libre.

 

Causas que influyen en las condiciones laborales

 

El estrés

 

Aunque no se puede determinar cuándo aparece exactamente, el estrés es una de las causas más comunes que influyen, de manera indirecta, en las condiciones laborales. Se trata de un riesgo ‘’invisible’’ a los ojos pero bastante latente en el cuerpo. Muchas personas no son conscientes que lo padecen hasta que su cuerpo llega hasta tal límite, que empieza a manifestarse en síntomas físicos. Estos son los que se terminan identificando como riesgo laboral de hecho. Específicamente en este sector por: la impaciencia que genera la atención del público, carga de trabajo en franjas horarias determinadas, horarios de alimentación irregulares o alteración de los ritmos del sueño por turnos nocturnos. No obstante, no hay que esperar a sentirse mental y físicamente mal para solicitar un receso de la jornada laboral.

 

Esta situación se puede prevenir llevando a cabo un par de medidas muy útiles. Tanto para la vida laboral como personal en general. En este sentido nos referímos a: respetar las horas de sueño, realizar ejercicio físico, no excesivo, sino saludable, reducir la ingesta de productos excitantes. Mantener una dieta saludable, rica en nutrientes naturales y vegetales o ejercer técnicas de control de la respiración, relajación física y mental. Además, evitar prisas y metas horarias, importante detallar que no se trata de relajarse en exceso sino de no auto-presionarse hasta llegar al límite. Ser conscientes de nuestras limitaciones y crear técnicas para reforzarlas y no hacer totalmente lo contrario. Presionar tu mente y cuerpo puede que funcione durante un tiempo, pero en algún momento decaerás. Tu cuerpo es tu templo, escúchalo y dedícale el tiempo necesario, sólo tenemos un hogar en el que vivir y es él.

 

 

Síntesis sobre riesgos laborales en hostelería

 

Hasta aquí nuestra reseña informativa sobre cuáles son los riesgos laborales en hostelería más comunes y algunas prevenciones o soluciones que puedes poner en práctica. En todo momento se trata de ser consciente de dónde trabajas, conocer tu lugar de trabajo, prestar atención a los factores sensibles de riesgo (circuitos eléctricos, zonas térmicas, inflamables, herramientas peligrosas), entre otras cosas. Además, cuidarte a ti mismo de la carga literal y laboral. Todo esto y mucho más puedes aprender en un curso de hostelería, formación que viene perfecta para ser un gran profesional y ser consciente de que no optas a una profesión fácil.